El cartelismo alemán es un movimiento artístico regionalista del siglo XX de gran trascendencia dentro del cartelismo, originario del expresionismo alemán y de la escuela Bauhaus, entre otros.
Como todo cartelismo (el siglo XX está plagado de ellos), es un instrumento gráfico y visual eficaz para la transmisión de las ideas, con un marcado componente emocional. Ha sido definido como «un grito en la pared» que atrapa la atención y obliga a percibir un mensaje.
Este cartel de la Cruz Roja norteamericana «Join – Red Cross work must go on» de 1917 es un ejemplo de cartelismo para una campaña de reclutamiento de nuevas enfermeras.
El auge del cartelismo alemán durante el siglo XX
A lo largo del siglo XX, uno de los principales usos del cartelismo es como herramienta de propaganda política de cualquier régimen, democrático o autoritario. Destacó su utilización en las dos guerras mundiales y durante el periodo de entreguerras, cuando los totalitarismos soviético, fascista y nazi lo utilizaron con profusión y eficacia, al igual que ambos bandos de la guerra civil española.
El cartelismo alemán, lógicamente, fue uno de los grandes protagonistas que, durante la primera mitad del siglo XX, fue fundamentalmente cartelismo político, una vertiente enfocada a la propaganda política.
En esta etapa, el cartelismo alemán perseguía atraer la atención de la masa y apuntar a las emociones. Estos carteles solían estar impresos mediante la técnica offset y solían tener fondos brillantes rojos y bastante texto.
En Mein Kampf, Hitler escribió: «Elegimos rojo para nuestros carteles, ya que es viva y era el color que más azuzó a nuestros oponentes. Se les obligó a fijarse nosotros».
También fue muy importante el cartelismo alemán dedicado al cine. Tal y como sucedía con la pintura, la poesía y la música, el cine formó parte de las vanguardias que cuestionaron el sistema de valores de la sociedad moderna.
El expresionismo Alemán
Uno de los movimientos más importantes que influyó en el arte de los carteles en general fue el Expresionismo alemán, surgido en 1919 en el contexto de una Alemania asolada por la Primera Guerra Mundial, y contrario al arte realista que imperaba en la época, este movimiento tomó como base de sus relatos la realidad subjetiva de las cosas, haciendo foco en los sentimientos más profundos del ser humano.
Para enfatizar estos conceptos recurrió a efectos visuales tales como resaltar los contrastes de luces y sombras, pintar decorados o maquillar en forma pronunciada los rostros de los actores.
Este ADN de los films se trasladó con absoluta fidelidad a los carteles. En ellos se pueden ver los marcados claroscuros, la distorsión de los espacios (con claras reminiscencias al art decó y al cubismo), y la presencia de locos y autómatas.
La escuela Bauhaus
Otro movimiento especialmente importante en este ámbito fue la escuela Bauhaus.
La Staatliche Bauhaus (Casa de la Construcción Estatal) o simplemente la Bauhaus, fue la escuela de artesanía, diseño, arte y arquitectura fundada en 1919 por Walter Gropius en Weimar (Alemania) y cerrada por las autoridades prusianas en manos del partido nazi.
La Bauhaus sentó las bases normativas y patrones de lo que hoy conocemos como diseño industrial y gráfico; puede decirse que antes de la existencia de la Bauhaus estas dos profesiones no existían tal cual y fueron concebidas dentro de esta escuela.
Sin duda la escuela estableció los fundamentos académicos sobre los cuales se basaría en gran medida una de las tendencias más predominantes de la nueva Arquitectura Moderna, incorporando una nueva estética que abarcaría todos los ámbitos de la vida cotidiana: desde la silla en la que usted se sienta hasta la página que está leyendo (Heinrich von Eckardt).
Dada su importancia las obras de la Bauhaus en Weimar y Dessau fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1996.
En lo que al cartelismo se refiere, esta corriente desarrolló una nueva estética basada en la geometría, los colores planos (especialmente negro, rojo y amarillo, colores de la bandera alemana), el juego de ángulos y en su nueva tipografía, que conjuga a su vez los elementos anteriores y que hoy en día es de reconocimiento internacional.
Estos carteles seguían así las principales características del movimiento basadas en tres conceptos: simplicidad, racionalidad y funcionalidad, es decir, rechazo a la ornamentación innecesaria y búsqueda del cumplimiento de la función para la cual se desarrolla el objeto, edificio o cartel, pudiendo llevar a cabo a la vez una nueva forma de Arte.
Algunas fuentes consultadas
- Library of Congress, Prints and Photographs Division Washington
- Cartel propagandístico alemán de la palabra de la semana que declara la inevitabilidad de la victoria (https://collections.ushmm.org/)
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