Qué vas a ver aquí
Fuera de México, poca gente conoce la importancia del Rosa Mexicano para un mexicano. ¿Pasa lo mismo en México?
Si le preguntas a un mexicano cuáles son las cosas de nuestro país de las que sentimos un mayor orgullo, encontrarás diferentes respuestas.
Chavela Vargas, Huapango de Moncayo y nuestro rosa mexicano
Habrá quién te diga que que los lábaros patrios, la deliciosa gastronomía y bebidas prehispánicas. El chocolate en agua, el tequila y la cocada.
Algún otro respondería que su gente y amabilidad. El barro negro y el molcajete de piedra volcánica. Fulanito te diría que su albur y su humor ante la adversidad.
Mengano agregaría que su fútbol. Perenganita te contará con emoción de los pueblos mágicos y las construcciones prehispánicas (no me agrada llamarlas ruinas).
Otra chica te dirá que sus museos, parques y jardines. Sutanito te hablará de sus playas y jaguares; sus cascadas y ajolotes junto a la vez que fue elegido su billete cómo el más bonito; los cenotes mayas y sus lobos; sus nopales y magueyes; los champiñones y huitlacoche; el Xoloitzcuintle y el perrito Chihuahua. Las muñecas Lelé.
La piedra del sol y el registro del tiempo maya. Sus mitos y leyendas. De sus artesanos y bordados multicolor; también del Mariachi y su Flor de Cempasúchil. Del árbol del Tule y la Huasteca Potosina. También el Jarabe Tapatío, y no precisamente para combatir la tos y su Paseo Bravo. La Danza de los Viejitos y Huapango de Moncayo y dirigido por Alondra de la Parra.
Y si vamos a las personalidades, no se ni por dónde empezar. Te responderán que De Carmen Mondragón, quizás Leonora Carrington, Sara García, Cristina Rivera Garza (que ganó el premio Pulitzer este 2024), Dr. Atl, Diego Rivera, Pedro Infante, Alejandro Fernández, Francisco Gabilondo Soler “Cri-Cri”, Carlos Monsiváis; el futbolista Javier “Chicharito” Hernández, nuestra «Chavela» Vargas etc.
Y tras esto, complementaría diciendo que los mexicanos nacemos dónde se nos da la gana, Cuauhtémoc Blanco; Rommel Pacheco, Guillermo del Toro y Saúl “El Canelo” Álvarez. De Rodolfo Neri y el Planetario que lleva su nombre. La Casa de los Azulejos, El Cosmovitral; El Popocatépetl e Iztaccíhuatl. La marimba y el comal para “echar” unas deliciosas tortillas hechas a mano. Los bolsos y sombreros de mimbre. La Talavera Poblana. El maíz de muchos colores. Y el chile del que no pica. Danza flor de piña. Peña de Bernal. Las Jacarandas. Un hermoso Copili.
De la perrita rescatista Frida y “Los Topos” que son una brigada de rescate, principalmente en sismos.
Vayamos a lugares… Desde el Palacio de Bellas Artes y el Castillo de Chapultepec a las Cascada Cola de Caballo y las Grutas de Cacahuamilpa. Agregamos las tantas palabras de origen náhuatl que nutren al español. Añadimos la lista a La Catrina y nuestro Día de Muertos y su increíble pan (usualmente se cubre de azúcar no son cenizas de nadie).
Y qué hay de los dichos… ¿qué tal el “Viva México cabritos grandes”? Agregamos a los Organilleros del centro del país y el silbato de los camoteros. ¡Hasta los chapulines que comemos! Se me hace agua la boca de recordar su sabor, así ahumaditos y crujientes.
¿Y si me preguntan a mí? Claro, esa lista es mía, esta fue una breve introducción, ya que hoy quiero hablar de mi orgullo como diseñadora. Todo lo anterior es sólo como mexicana.
El rosa mexicano
Y mi orgullo adicional es… el rosa mexicano.
Investigué, colores al azar ubicándolos con un país igualmente al azar; una mala idea fue escribir “café y Rusia” porque aparece en el buscador unas 10 recetas para preparar el café, claro la bebida no la pintura/color/pigmento.
Mezclé “amarillo japonés” y me di cuenta que mi pregunta al navegador parecía racista y no lo soy, así que reformulé a “francés” y “azul japonés”. Verde holandés. Violeta guatemalteco. Azul suizo (y me sugiere un tipo de queso). Naranja venezolano (y ni un árbol de la fruta, lo pensé después de mi ocurrencia con el café). ¿Me fue mejor con el magenta chileno? No.
Del verde bandera al rosa mexicano
¿Por qué hice esas búsquedas tan raras? Resulta que cuando era niña y aprendía los colores pasó por mi mente si acaso que el «verde bandera» de mí bandera es igual al de Italia; pregunté en la escuela y lo único que aprendí ese día es que una de mis especialidades son las preguntas raras, que no me responderán la mayoría de las veces y seré blanco de burlas en todas ellas.
Así que, me di a la tarea de buscar. Google no existía y el internet como lo conocemos, tampoco. Así que mi enciclopedia con las banderas del mundo me tenía que servir y si, comprobé que son tonos diferentes. Ahí aprendí que cuando te digan color verde debes sacar de tu lapicera todas las opciones posibles, porque el simple hecho de decir verde no es suficiente.
Cuando les explico a mis estudiantes, saco todas las opciones de verde que tengo y les digo: a esto me refiero cuándo digo un color y no les hablo de una sola pieza de lápiz y así colorear una ilustración monocromática.
Y acerca de ¿por qué se llama verde bandera sí sólo es el tono de la Bandera de México? Bueno, es simple, para hacer una identificación sencilla. Y para escribir este artículo me imaginé que podrían existir otro color en otro país que se denomine como nuestro rosa; así que me basé en colores que no lo llevasen en su bandera… mi lógica fue: existe el verde Bandera de México y verde Bandera de Italia, ¿cómo sería con otras mezclas en la investigación?
Por cierto, el verde de mi bandera es el PANTONE 18-6026 TCX Abundant Green. Y sí quieres saber más del verde te invito a leer mi artículo sobre Yazmin Huerta y su “crush’ llamado verde…
Ahora te cuento del rosa mexicano (¡Viva!)
Ramón Valdiosera, el creador del rosa Mexicano
Investigué, colores al azar ubicándolos con un país igualmente al azar; una mala idea fue escribir «café y Rusia» porque aparece en el buscador unas 10 recetas para preparar el café, claro la bebida no la pintura/color/pigmento.
Te presento al veracruzano Ramón Valdiosera (1918-2017) a quién le debemos el Rosa Mexicano: En la década de 1930, fue presidente del primer periódico de dibujos animados del mundo, Chamaco Chico, con una tirada diaria de 500.000 ejemplares. Muchos años después dirigió la revista de historietas «Pepín», que estuvo en la época dorada de la historieta mexicana.
De esta manera, se convirtió en maestro y divulgador de los grandes artistas y dibujantes de su época. Considerado un «pilar de la historieta mexicana», ha participado activamente durante décadas en la organización de la Retrospectiva del Centenario de la Historieta Mexicana, y es fundador del Museo Mexicano de la Historieta e Ilustración y del Comité del Centenario de la Historieta Mexicana.
En 2005 inició junto a Memín Pinguín el diseño de sellos de caricaturas mexicanas y junto al maestro Sixto Valencia diseñó el sello conmemorativo «Serie, La Caricatura en México». Fue galardonado con el premio Inkpot Internacional Comic-Con de San Diego en 2009 por sus contribuciones al mundo del cómic.
Influenciado por las ideas nacionalistas mexicanas de José Vasconcelos, después de la revolución viajó a México a principios de la década de 1940, lo que le permitió realizar investigaciones profundas sobre la cultura, costumbres y tradiciones de los diversos pueblos indígenas captados y registrados. Cientos de ilustraciones. Influenciado por esto y su gran inquietud, se propuso salvar las raíces de la indumentaria y los textiles mexicanos estableciendo un estudio en la Ciudad de México, donde abanderó las ideas de la moda mexicana, creó siluetas contemporáneas de su época e incorporó el arte textil de las comunidades a través del país.
El rosa mexicano que todos hemos visto en los taxis que ruedan por la ciudad, los letreros de CDMX o el papel picado que venden en los mercados. Pero antes de que pintáramos a propósito a México de este color, este matiz siempre estuvo ahí: en las buganvilias que florecen en primavera, en los sabores de nuestros platillos favoritos o en los telares tradicionales.
¿Por qué el rosa era el tono en los textiles tradicionales?
Desde la época maya y azteca, la gente ha experimentado con la cochinilla (grana cochineal), un insecto parásito (Dactylopius coccusen) que vive en los cactus, y su tinte rojo se conoce como «sangre de bulbo de cactus». Este color brillante en cada prenda simbolizaba el estatus y también se usaba como símbolo sagrado. Pero también mezclaron este tinte con un ácido básico para producir un color morado.
Durante la década de 1950, este rosa que conocemos como «mexicano» ha florecido como una característica importante, junto con otros elementos de nuestra cultura que nos han dado una fuerte presencia en las paletas de colores desde entonces. Hoy en día, en nuestro país, es fácil encontrar el fuerte tono magenta en diversos lugares, llenando las calles de las ciudades y objetos con letras inmortales, desde juguetes y complementos en los mercados hasta arbustos cubiertos de flores rosas. Fachadas y algunas de nuestras más populares. valiosas obras arquitectónicas.
En cuanto al proceso de creación de la identidad mexicana y sus manifestaciones culturales, durante décadas los gobiernos han participado en movimientos destinados a construir una identidad nacional. Por ejemplo, durante su mandato, Miguel Alemán planeó un programa para difundir la cultura mexicana y, junto con Ramón Valdiocer, utilizó la moda para promover el turismo en nuestro país. Con un fuerte apoyo del gobierno, el chimichurri se convirtió en un símbolo de México y se hizo popular en el extranjero. Al mismo tiempo surgió el «sexismo mexicano», que creó programas que promovían el nacionalismo a través de la cultura.
Lissete Ingelmo es diseñadora gráfica especializada en Tipografía y docente con casi diez años de experiencia. Su segunda pasión es escribir.
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