Qué vas a ver aquí
El mundo de las traducciones profesionales está viviendo una disrupción enorme, teniendo que adaptarse a las nuevas tendencias tecnológicas que están llegando estos años.
Ya hemos visto no hace demasiado como revistas como Cosmopolitan, o incluso Editoriales como Planeta usaban la Inteligencia Artificial para hacer portadas… ¿puede pasar lo mismo con las traducciones profesionales en sectores como el editorial o el audiovisual?
La introducción de las traducciones automáticas en las traducciones profesionales
Antes de la aparición de ChatGPT, y el resto de inteligencias artificiales, el mundo de las traducciones vivió su particular plaga de traductores automáticos.
Si recordáis en la pasada década empezaron a surgir wearables a punta de pala como Pilot (de Waverlylabs), Ili (de Logbar) todos con la misma promesa: traducir instantáneamente y de forma perfecta a varios interlocutores.
Por otro lado, estaban ya asentados traductores como Google Translate o DeepL, cuyas capacidades han mejorado notoriamente durante los últimos años.
El texto original – el pecado original de la traducción automatizada
Con la llegada de estos traductores muchos presagiaban hace ya varias décadas la completa automatización de las traducciones profesionales.
La realidad sin embargo es que, pese a esos vaticinios, muchos traductores han ganado mucho dinero corrigiendo textos muy mal traducidos por una máquina.
Es más, siguen ganando dinero corrigiendo hoy rótulos mal escritos o traducidos en las opciones de idiomas de series y películas de plataformas como Netflix, Disney.
Incluso en las descripciones de productos de ciertos e-commerce o de plataformas como Amazon, donde la traducción automática es una gran solución cuando no tienes mucho dinero para traducir un catálogo amplio de productos, y donde la traducción profesional marca diferencias sustanciales en una segunda fase.
No, no parece que la tecnología haya acabado con las traducciones profesionales. Lo que si que ha hecho es cargarse las traducciones de aquellos sitios donde hoy aportan muy poco valor añadido.
Y eso se debe a que el texto original es decisivo y fundamental en la calidad de las traducciones que te da una máquina.
En las traducciones automáticas actuales si el texto original no está escrito y puntuado correctamente, los resultados arrojados serán altamente mejorables.
Dependiendo del contexto, el riesgo puede ser elevado… imagínate un protocolo de actuación mal escrito, textos legales inexactos, etc. En España, por ejemplo, los documentos nacionales para ser válidos en el extranjero (si lo exige el país de destino) deben ser traducidos por un traductor profesional oficial reconocido por el Ministerio de Exteriores.
De las transcripciones automáticas a las traducciones profesionales automáticas
Aplicaciones para realizar llamadas como Teams, Whatsapp o Youtube ya están integrando la traducción simultánea en las conversaciones. Y ante esa tesitura, ¿realmente serán necesarias las traducciones profesionales?
Volvemos al pecado del texto original… si ya ocurría en textos escritos por humanos, ¿qué crees que va a pasar con los signos de puntuación en textos que ha transcrito una máquina a partir de un vídeo o un audio?
La historia se repite, los traductores profesionales volverán a ganar dinero corrigiendo y traduciendo, cambia eso si a quién van a traducir… en este caso es muy probable que a una máquina.
Eso si, no dudo que en el futuro las traducciones profesionales, tanto de transcripciones de vídeo como de textos escritos puedan ser automáticas. La realidad es que la traducción automática ha avanzado mucho.
Estos programas ya no trabajan en un análisis de traducción palabra-palabra, sino con un análisis sintáctico, semántico y contextual, trabajando con una cantidad y volúmenes de datos enormes y con unos motores de inteligencia artificial con altas capacidades.
Hoy día, son capaces de rescatar millones de datos (frases, palabras, oraciones…) procedentes de bases de datos que aglutinan el conocimiento y las traducciones profesionales (o no) de personas, por lo que la materia prima y la fiabilidad es enorme.
Cada vez es más difícil encontrar traducciones raras hechas por un traductor como DeepL, pero evidentemente aún no son perfectas, sobre todo en la literatura.
Para demostrarlo basta ver cómo es la traducción profesional sobre el texto original de Cervantes en el primer párrafo de su obra culmen; El Quijote. Si recordáis, decía tal que así:
«En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor».
Podemos encontrar una traducción profesional de este párrafo hecho por John Ormsby en el siglo XIX y rescatada en Project Gutenberg. Lo tradujo así:
«In a village of La Mancha, the name of which I have no desire to call to mind, there lived not long since one of those gentlemen that keep a lance in the lance-rack, an old buckler, a lean hack, and a greyhound for coursing».
Más allá de la precisión de la traducción automática, vemos como estas herramientas pierden muchos e importantes matices que el traductor tuvo que hacer en el primer párrafo de la obra.
Las traducciones profesionales asistidas por ordenador
Hoy en día, la mayoría de los traductores usan sistemas computerizados de apoyo, técnicamente conocidos como programas CAT (Computer Assisted Translation).
Estos sistemas permiten a los traductores pasar de buscar palabras en un diccionario a mejorar su productividad, partiendo de una base de datos ajena o propia de datos de altísima calidad, ya que la base de datos es exclusiva de traducciones profesionales de multitud de obras, haciendo que el trabajo importante del traductor no sea escribir, sino elegir las mejores equivalencias.
Al igual que las tecnologías de traducción automática evolucionan incorporando IA, las CAT que usan los traductores profesionales también, haciendo que el traductor profesional no sólo traduzca, sino, y sobre todo, pueda dotar de humanidad a textos que si pueden ser traducibles por una máquina.
¿Llegaremos a ver traducciones profesionales automáticas de calidad?
Si hacemos caso a Nicolás Negroponte (uno de los gurus del MIT desde hace décadas), la pregunta correcta no es si pasará sino cuando y cómo.
Lógicamente, el proceso de traducción profesional evoluciona, pero el toque humano no se perderá… con la traducción automática aumentan los modelos y tipos de traducción. Algunas requerirán supervisión o soporte humano y otras no. Ley de vida.
Veremos cada vez más iniciativas y dispositivos inteligentes como Alexa, Amazon Echo o Google para unos niveles interesantes de traducción conversacional… traducciones de libros, guiones, folletos, banners, rótulos, transcripciones más precisas.
Hoy con Inteligencia Artificial, mañana ya veremos. Por ejemplo, para Negroponte el tema de los idiomas y las traducciones es una cuestión de una pastilla… y es que creía que en unos 15 años nos tomaremos una pastilla y un nanorobot entrará en nuestro cerebro y sabremos inmediatamente un idioma.
Sin embargo, por muy útiles que sean los traductores virtuales, si hay algo de lo que carecen sus IAs, es de sentimientos, sobre todo en una obra literaria.
El humor, el tono, la ironía, el estilo narrativo, las sutilezas entre líneas, los espacios entre párrafos y cadencia de signos de puntuación, y un largo etcétera de sentimientos y formas de las palabras hacen muy complejo a una máquina por muy inteligente que sea, ser capaz de sentir, y vivir como un humano.
Por eso creo que, aunque sea un complemento práctico, mientras que el destinatario sea un humano, veo lejos el fin de las traducciones profesionales, ya que ninguna máquina podrá reemplazar una traducción profesional al 100%…¡por mucho que mejoren!
Experto en la creación, gestión, estrategia y difusión de contenidos. Bloguero y apasionado desde hace muchos años a las artes gráficas.
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