Movimiento maker, ¿el retorno de la cultura de la reparación?

El movimiento maker se originó en los Estados Unidos a principios del siglo XXI, como continuación de la cultura de la reparación, iniciada con los baby boomers y posteriormente evolucionada con el concepto DIY (Do It Yourself) y los ordenadores personales.

Sin embargo, si bien esta tendencia ha existido durante los últimos cincuenta años, hemos de concluir que es un nicho, ya que en lo referido a la población global, la realidad es que la obsolescencia programática ha hecho que vivamos en un mundo desechable, un mundo en el que sale más rentable desprenderse de bienes de consumo y adquirirlos de nuevo, que darles un segundo uso.

Atendiendo a esta realidad, la profesora de ingeniería de radiofrecuencia de la Universidad de Manchester, Danielle George, planteó hace algunos años unas interesantes charlas navideñas que el diario The Telegraph recogió como una noticia titulada «Young people are ‘lost generation’ who can no longer fix gadgets». Dichas charlas se centraron en el movimiento maker de las generaciones anteriores y su cultura de la reparación de las cosas comparándolo con el cambio que se está experimentando en este aspecto en las nuevas generaciones.

«Unlike previous generations who would ‘make do and mend’ now young people will just chuck out their faulty appliances and buy new ones»

Movimiento maker, ¿un resurgir de la cultura de la reparación?

En la segunda mitad del siglo XX, podemos afirmar con rotundidad que existía una cultura de la reparación y el segundo uso. ¿Se ha perdido por completo en este siglo? Es evidente que el avance de la tecnología y la obsolescencia tecnológica tienen mucho que ver en este cambio, en el que las generaciones actuales ya no reparan juguetes y otras cosas, sino que los tiran y compran de nuevo otras, bien porque sale más barato, bien por comodidad o simplemente por tiempo.

Un ejemplo es el estudio de la Profesora en el departamento de gestión de complementos y textil de la Universidad de Missouri – Pamela Norum titulado: «Examination of Apparel Maintenance Skills and Practices: Implications for Sustainable Clothing Consumption» en el que, entre otros muchos resultados, se constataron diferencias notables entre las nuevas generaciones y las precedentes, en el hábito, el consumo y el mantenimiento de prendas textiles en EEUU. Siendo las generaciones que preceden a los millennials, las que obtenían mejores resultados en estos aspectos (había muchas más personas que poseían habilidades genéricas de reparación textil dentro de la generación ‘baby boom’ respecto de su homónima millennial en la franja 18-33 años)

Sin embargo, tecnología que antes era de escala y que no era accesible a todo el mundo; empieza a serlo; lo que ha hecho que surjan fenómenos de ‘creadores’ de cosas, como el movimiento maker. En él, se crean objetos de forma tradicional, utilizando y combinando tecnología más moderna como la impresión 3D o la robótica, con fresadora o corte por láser.

Por otro lado, es necesario mencionar el fenómeno de la sostenibilidad y del trabajo que se puede generar. En ese sentido las viejas tiendas de reparaciones pueden tener una segunda oportunidad. En Holanda, ya hay más de treinta Repair Cafe, que cuentan con subvenciones cercanas al medio millón de euros, y dónde se está logrando hacer de la reparación un negocio con posibilidades de reinserción laboral, de sostenibilidad medioambiental e incluso, de ser rentable:

«Hay una posibilidad inexplorada de crear empleo, tanto para gente mayor que tiene los conocimientos y las habilidades, como para la gente joven e inexperta que aprende sobre la marcha y se siente útil»

Otras iniciativas como Restart Project, de origen londinense, pretenden darle un vuelco al GAP de la cultura de la reparación electrónica, dándole una segunda vida a toda clase de productos electrónicos y mejorando el diseño original.

Un fenómeno que llega incluso a traspasar a la propia reparación como ocurre con la iniciativa Second Life, que aparte de ser un servicio de reparación de juguetes, busca concienciar a la sociedad nipona en la necesidad de donar órganos para trasplantes.

La crisis del COVID 2019 reactiva el movimiento maker

Ante la pandemia sanitaria que vivimos en estos momentos, la comunidad maker está trabajando en diversas iniciativas para ayudar a los hospitales y su falta de medios para atender a todos los pacientes que están llegando. Desde Facebook, se ha montado un grupo internacional para ayudar a pacientes infectados por el SARS-CoV-2: Open Source COVID19 Medical Supplies.

Dicho grupo trabaja intercambiando información para poder fabricar de forma económica y rápida piezas y repuestos para equipos médicos vitales que escasean como los respiradores. Ya están logrando reponer las válvulas de muchas de estas piezas en Italia.

En España, un grupo multidisciplinar de voluntarios (Reesistencia Team) ha comenzado a fabricar mediante impresión 3D dos modelos de respiradores autónomos basados en la técnica de válvulas del sistema de Jackson Rees: el REESPIRATOR23 y el REESPIRATOR17.

En estos momentos están demandando toda la ayuda posible de la comunidad maker del país, ya sea con impresoras, corte láser, inyección de plástico, material… para crear estos modelos lo antes posible.