Hace unas semanas salió a subasta una de las obras más icónicas de Andy Warhol: el retrato de Marilyn Monroe. Una serigrafía conocida como ‘Shote Sage Blue Marilyn’ que hoy en día está considerada una de las obras más significativas del siglo XX y que se valora en 180 millones de euros.
Pero esta obra no forma parte de las primeras representaciones y pinturas del autor. Andy Warhol comenzó como dibujante publicitario para diferentes revistas neoyorquinas. Al principio, sus ilustraciones, aunque comerciales y adaptadas a las ventas que perseguían, aún conservaban un toque personal, una intención del artista de mostrarse a sí mismo.
Andy Warhol, un artista pionero en el uso la serigrafía industrial
No obstante, en la segunda mitad del siglo XX, superadas ya las vanguardias, los artistas adquieren una nueva mentalidad que les lleva a salir de ellos mismos y a enfocarse más en el mundo que les rodea. Se ven envueltos por el consumismo y la producción en masa y se plantean cómo relacionar eso con el arte. De este modo, Andy Warhol decide borrar toda huella del artista en su producción y comienza a crear obras siguiendo un método industrial y desligado de todo sentimiento que refleja la sociedad capitalista en la que vive, donde todo es un producto.
Su descubrimiento de la serigrafía en 1960 encaja perfectamente con esta nueva mentalidad. Esta técnica de impresión permeográfica, consiste en transferir imágenes a través de una malla denominada pantalla necesitando una diferente para cada color y no siendo necesario ya el dibujo, que era lo que daba un carácter tan personal a las representaciones antes de ello. El nacimiento de la serigrafía como técnica de impresión data de principios del siglo XX pero gracias a Andy Warhol y a pesar del escepticismo previo, su uso se populariza en la época de los 70.
Sin embargo, en un principio no se consideraba una forma de arte. Era la primera vez que las máquinas intervenían en la creación artística. También resultaba caro y Andy Warhol necesitó varios años para dominar la técnica.
El retrato de Marilyn Monroe que hemos mencionado anteriormente fue una de las primeras serigrafías de este autor. Se trata realmente de una serie de pinturas producidas de forma estandarizada en diferentes gamas cromáticas que muestra a la actriz de forma divinizada. Un icono que evidencia la devoción moderna: el consumo. Los dioses de Hollywood eran consumidos a partir de sus imágenes.
Su experiencia con la publicidad le lleva también a plasmar objetos cotidianos como las latas de sopa Campbell o botellas de Coca-Cola. Toda su obra más famosa se engloba así en la corriente del pop art que se caracteriza por incorporar temas de la cultura de masas y romper con el intelectualismo anterior de movimientos como el expresionismo abstracto y artistas como Jackson Pollock. En Europa, otros pintores que siguieron este movimiento fueron también Evelyne Axell en Bélgica, Pauline Boty en Reino Unido o Marisol Escobar en Francia.
Esta tendencia también guarda cierta similitud con las xilografías de Durero, que cuatro siglos atrás, automatizaron en cierto modo la creación artística acercándola a un público más amplio (Hasta ese momento solo se realizaban ilustraciones a mano). No obstante, la serigrafía de Andy Warhol es verdaderamente el primer proceso industrial y estandarizado de producción de obras de arte. De hecho, su trabajo se desarrolló siempre en un taller denominado The Factory (en español: La Fábrica): un estudio de arte situado en Midtown Manhattan, Nueva York.
De este modo, en una etapa en la que la clase media se asienta y se generaliza el estado del bienestar, Warhol demostró que podía crearse arte de forma sistemática, representando la realidad de una época en la que la omnipresencia del consumo no deja lugar a la sensibilidad del arte tradicional.
Warhol logra poner fin a la pretensión del artista de evocar otras realidades utópicas o pasadas, y concibe al pintor como una máquina más sin dejar nunca generar composiciones de gran belleza ni perder su matiz filosófico o crítico. Como él mismo se preguntaba: «¿No es la vida una serie de imágenes que cambian a medida que se repiten?».
Titulada en Diseño Gráfico y Diseño y Desarrollo de Aplicaciones Web. Fanática de la Historia del Arte y la publicidad original.
Ernesto Rodríguez
Gracias, magnifica información…saludos desde Apodaca, Nuevo Leon, México
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